domingo, 21 de octubre de 2012

Feliz día mamá!!!

Cuenta una antigua leyenda que a un niño que estaba por nacer, le dijo Dios; -Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra; pero ¿Cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy? -Entre muchos angeles escogí uno para ti, que te estará esperando; él te cuidará. -Pero dime; aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz. _Tu ángel te cantará, sonreirá todos los días y tu sentirás su amor, y serás feliz. -Y ¿Cómo entender que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres? -Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar. -Y ¿Qué haré cuando quiera hablar contigo? _Tu ángel te juntará las manitas y te enseñara a rezar. -He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿Quién me defenderá? -Tu ángel te defenderá, aún a costa de su propia vida. -Pero estaré triste porque no te veré más Señor. -Tu ángel te hablará de Mí y te enseñará el camino para que regreses a mí presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado. En ese instante, una paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso, repetía suavemente: -Dios mío, si ya me voy dime su nombre, ¿Cómo se llama mi ángel? -Su nombre no importa, tú solo le dirás: Mamá!!! Photobucket

miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Cómo hacer una huerta con los chicos?

Una actividad ideal, con la que los más pequeños de la casa se divertirán construyéndola y jugando con ella. No obstante, los niños siempre deberán contar con la supervisión de un adulto para el desarrollo de esta manualidad. Toda la familia podrá cultivar y tener las hortalizas y vegetales que más les gusten, dentro de casa. Para un huerto pequeño y casero, se debe tener en cuenta el tamaño de las plantas. Lo mejor es elegir las de pequeño porte, más que nada por el espacio. Es aconsejable también que se elijan semillas con certificado para asegurar una buena cosecha. ¡¡¡Manos a la obra!!!

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 Para empezar a hacer una huerta casera, es necesario: - Una caja de madera (las de fruterías o supermercados) o de mimbre. - Plástico para forrar - Una pequeña pala y un rastrillo - Una regadera - Tierra - Semillas de hortalizas u otros vegetales (lechuga, tomate...) o de plantas aromáticas como el tomillo, albahaca, y orégano Pasos a seguir para cultivar nuestro propio huerto: 1. Para empezar a realizar la huerta, lo primero es ponerse unos guantes adecuados para el trabajo, y determinar el lugar donde se situará el huerto. Es aconsejable que sea un lugar donde reciba mucha luz solar durante algunas horas. Al comprar las semillas, hay que verificar si están certificadas porque eso es importante para una buena cosecha. Un huerto casero hecho por los niños 2. El siguiente paso es limpiar bien la caja, limar los bordes si es necesario y si es imprescindible, se puede también barnizar por fuera. Hecho esto, se debe forrar el interior de la caja con el plástico (el que se usa en las obras para proteger el suelo). Utilizar grapas para fijarlo bien al fondo de la caja. Se recomiendo hacer algunos pequeños agujeros en la parte de abajo para asegurarse que el agua que sobra del riego no se acumule en las raíces y pueda pudrir la planta. Después, rellenar todo el espacio con una capa gruesa de tierra. 3. A continuación, con la ayuda del rastrillo hay que hacer pequeños surcos en la tierra para introducir las semillas elegidas. En los paquetes que venden suelen venir la cantidad de granos a poner e incluso, indican cuál es la mejor época para cultivarlas. Hay que respetar el calendario de siembra de cada plantita. Luego, tapar ligeramente las semillas, y regar. 4. La huerta en maceta o en una caja, como en cualquier otro recipiente, va a requerir mayor riego y abono que si estuviera en tierra abierta. Ahora sólo queda controlar la presencia de plagas, y esperar a que nuestro huerto nos dé alguna señal de vida y empiecen a brotar las hortalizas.

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sábado, 13 de octubre de 2012

Adivina...adivinador...

 #1
Soy la flor del indeciso
y del adivinador,
todos me arrancan los pétalos:
sí, no, sí no, sí, no.


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 #2

 ¿Cuál es la flor
que es más hermosa,
de más color
y más preciosa?




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#3
 Tul y no es tela,
pan, pero no de mesa.




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 #4
 Soy como hierro labrado,
en el nombre, no en color,
es suavísimo mi olor,
con agua y sol me he criado,
asomado a un corredor.





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#5

 Yo sé de una campanilla
que tan de quedito toca,
que no la pueden oír
no más que las mariposas.



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miércoles, 10 de octubre de 2012

Cultivo Una Rosa Blanca

Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.

 José Martí



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sábado, 6 de octubre de 2012

La rosa blanca

En un jardín de matorrales, entre hierbas y maleza, apareció como salida de la nada una rosa blanca. Era blanca como la nieve, sus pétalos parecían de terciopelo y el rocío de la mañana brillaba sobre sus hojas como cristales resplandecientes. Ella no podía verse, por eso no sabía lo bonita que era. Por ello pasó los pocos días que fue flor hasta que empezó a marchitarse sin saber que a su alrededor todos estaban pendientes de ella y de su perfección: su perfume, la suavidad de sus pétalos, su armonía. No se daba cuenta de que todo el que la veía tenia elogios hacia ella. Las malas hierbas que la envolvían estaban fascinadas con su belleza y vivían hechizadas por su aroma y elegancia. Un día de mucho sol y calor, una muchacha paseaba por el jardín pensando cuántas cosas bonitas nos regala la madre tierra, cuando de pronto vio una rosa blanca en una parte olvidada del jardín, que empezaba a marchitarse. –Hace días que no llueve, pensó – si se queda aquí mañana ya estará mustia. La llevaré a casa y la pondré en aquel jarrón tan bonito que me regalaron. Y así lo hizo. Con todo su amor puso la rosa marchita en agua, en un lindo jarrón de cristal de colores, y lo acercó a la ventana.- La dejaré aquí, pensó –porque así le llegará la luz del sol. Lo que la joven no sabía es que su reflejo en la ventana mostraba a la rosa un retrato de ella misma que jamás había llegado a conocer. Photobucket 

 -¿Esta soy yo? Pensó. Poco a poco sus hojas inclinadas hacia el suelo se fueron enderezando y miraban de nuevo hacia el sol y así, lentamente, fue recuperando su estilizada silueta. Cuando ya estuvo totalmente restablecida vio, mirándose al cristal, que era una hermosa flor, y pensó: ¡¡Vaya!! Hasta ahora no me he dado cuenta de quién era, ¿cómo he podido estar tan ciega? La rosa descubrió que había pasado sus días sin apreciar su belleza. Sin mirarse bien a sí misma para saber quién era en realidad. Si quieres saber quién eres de verdad, olvida lo que ves a tu alrededor y mira siempre en tu corazón. * * *Autora: Rosa María Roé