Después de una noche mágica nada mejor que despertar con un dulce sabor en la boca. Mientras los turrones son los protagonistas de los postres navideños, la Rosca de Reyes es la protagonista de la mesa del 6 de enero.
La rosca es un bollo de masa fina con forma de anillo, más o menos redondeado, decorado con trozos de frutas confitadas de muchos colores. Y desde el último tercio del siglo XX suele añadirse manteca, crema, chocolate, fruras confitadas y pasas de uva en su interior.
Este dulce típico del 6 de enero esconde dentro de la masa un pequeño regalo. En épocas remotas, aquel que encontrara la sorpresa se convertía en el rey de la reunión, pero hoy en día se dice que la persona que coma el pedazo que contiene el regalo tendrá un año venturoso.
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