Coloca una botella de vidrio vacía en la heladera.
Dejala allí al menos una hora, para que se enfríe bien.
Sacá después la botella y decile a un amigo que podés inflar un globo de lejos.
Sujetá el cuello del globo al cuello de la botella,
después siéntense y esperen.
Pronto empezará el globo a inflarse misteriosamente, sin que lo toques.
Esta es la razón:
El aire del interior de la botella está muy frío cuando la sacás de la heladera.
Pero el calor de afuera empieza inmediatamente a calentar la botella y al aire que contiene.
El aire se dilata al calentarse, y sólo puede hacerlo dentro del globo sujeto a la boca de la botella.
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