Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca. 
Como era muy vieja, 
muy vieja, estaba sorda de una oreja. 
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela. 
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos. 
La vio la maestra asustada
y dijo: - Estas equivocada. 
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo? 
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco. 
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa. 
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa. 
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones. 
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba. 
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección. 
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos. 
Y en ese lugar de Humahuacala 
única sabia fue la vaca.
María Elena Walsh