Hasta el viejo hospital de los muñecos
llegó el pobre Pinocho mal herido,
un cruel espantapájaro bandido
lo sorprendió durmiendo y lo atacó.
Llegó con su nariz hecha pedazos,
y una pierna en tres partes astillada,
una lesión interna y delicada,
que el médico de guardia le advirtió.
A un viejo cirujano llamaron con urgencia
y con su vieja ciencia pronto lo remendó,
pero dijo a los otros muñecos internados:
"Todo esto será en vano, le falta el corazón".
El caso es que Pinocho estaba grave,
en sí de su desmayo no volvía,
y el viejo cirujano no sabía
a quien pedir prestado un corazon.
Entonces llegó el hada protectora
y viendo que Pinocho se moría,
le puso un corazon de fantasa
y Pinocho sonriendo despertó.
Pinocho, Pinocho,
¡Ay, pobre Pinocho!
Entonces llegó el hada protectora
y viendo que Pinocho se moría,
le puso un corazon de fantasía
y Pinocho sonriendo despertó,
y Pinocho sonriendo despertó.
Canta Luis Aguilé
jueves, 31 de mayo de 2012
martes, 29 de mayo de 2012
Pinocho
Gepetto, el viejo carpintero, deseaba que su última creacción, “Pinocho”, una bonita marioneta de madera, pudiera convertirse en un niño de verdad.
El Hada Azul le concedió el deseo, no sin antes advertir a Pinocho que para ser un niño de verdad, debería demostrar que era generoso, obediente y sincero.
Pepito Grillo le ayudaría en esta labor, él sería su conciencia.
Los días siguientes, en vez de ir al colegio, Pinocho se verá envuelto en una serie de malas aventuras llenas de desobediencias y mentiras. Pero en el fondo Pinocho tiene un buen corazón y gracias a Pepito Grillo se dará cuenta de todos sus errores.
Al fin Gepetto consigue su anhelado deseo, que Pinocho se convierta en niño y Pinocho no vuelve a ser desobediente ni a portarse mal, ni a decir mentiras.
Carlo Collodi
El Hada Azul le concedió el deseo, no sin antes advertir a Pinocho que para ser un niño de verdad, debería demostrar que era generoso, obediente y sincero.
Pepito Grillo le ayudaría en esta labor, él sería su conciencia.
Los días siguientes, en vez de ir al colegio, Pinocho se verá envuelto en una serie de malas aventuras llenas de desobediencias y mentiras. Pero en el fondo Pinocho tiene un buen corazón y gracias a Pepito Grillo se dará cuenta de todos sus errores.
Al fin Gepetto consigue su anhelado deseo, que Pinocho se convierta en niño y Pinocho no vuelve a ser desobediente ni a portarse mal, ni a decir mentiras.
Carlo Collodi
jueves, 24 de mayo de 2012
Feliz cumpleaños Patria querida!!!
Candombe de 1810
Gente que sale a la calle
Ríe y se pone a cantar
Son mil mujeres y hombres
Bailando el candombe
de la libertad
Ya lo ves
Es 25 de Mayo de 1810.
Quién sabe de qué se trata
El pueblo quiere saber
Aquí en el Río de la Plata
Mi patria está por nacer.
Todos van rumbo al Cabildo
Llueve y se quieren mojar
Sienten que hay algo en el aire
Aquí en Buenos Aires
Todo va a cambiar.
Desconozco autor.
Gente que sale a la calle
Ríe y se pone a cantar
Son mil mujeres y hombres
Bailando el candombe
de la libertad
Ya lo ves
Es 25 de Mayo de 1810.
Quién sabe de qué se trata
El pueblo quiere saber
Aquí en el Río de la Plata
Mi patria está por nacer.
Todos van rumbo al Cabildo
Llueve y se quieren mojar
Sienten que hay algo en el aire
Aquí en Buenos Aires
Todo va a cambiar.
Desconozco autor.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Estamos preparando la fiesta de la Patria
Practicamos el Himno Nacional
Ya se oyen acordes marciales;
silencio, que se han de escuchar
las estrofas vibrantes y dignas
del glorioso Himno Nacional!
Usamos con orgullo la Escarapela
Botoncito azul y blanco
que en mi corazón estás;
eres linda escarapela,
una gloria nacional
sábado, 19 de mayo de 2012
jueves, 17 de mayo de 2012
Vocación de payaso
Cuando a Martín le preguntaban qué querría ser cuando fuera grande, él contestaba entusiasmado: “cuando sea grande, voy a ser payaso”. Ante esta respuesta, las personas invariablemente soltaban una carcajada y le volvían a preguntar: “no, de verdad, ¿qué vas a ser cuando seas grande?”. Al pobre Martín nadie le tomaba en serio su vocación de payaso. Especialmente su papá, que quería que fuese futbolista, y por ese motivo lo anotó en una escuela de fútbol.
A Martín no le quedó más remedio que asistir a las clases de fútbol tal como quería su papá. Pero por más esfuerzo que le ponía, no lograba patear bien la pelota, ni recibir bien un pase, ni mucho menos atajar un tiro al arco o hacer un gol. Evidentemente, el fútbol no era lo suyo.
Un día, cuando iba camino a sus clases de fútbol, un panfleto se le cruzó por el camino. Era el anuncio de una escuela de payasos que se abría en su barrio. Y, oh casualidad, los horarios de la escuela de payasos eran los mismos que los de la escuela de fútbol.
Una idea traviesa invadió su mente. “¿Y si voy a la escuela de payasos en lugar de ir a la de fútbol? Total, nadie se va a enterar”. Así lo hizo, y efectivamente, nadie se enteró. Comenzó a faltar a las clases de fútbol para ir a aprender malabares, piruetas, magia y toda clase de payasadas. Martín estaba fascinado, y ni su papá ni su mamá tenían la más mínima sospecha de su travesura.
Tan bien le iba a Martín con su carrera de payaso, que enseguida empezó a trabajar en una plaza y a ganar fama con su espectáculo. El Payaso Polvorita (ese era su nombre artístico) se había convertido en una de las principales atracciones de los domingos en la plaza principal del pueblo. Cada vez que tenía que irse de su casa para actuar en la plaza, escondía en la mochila su maquillaje, su nariz roja, sus zapatos gigantes y su ropa de colores, y le decía a sus papás que tenía que ir a jugar un partido de fútbol. Y ellos, de lo más contentos. Hasta el día en que, atraídos por la curiosidad, quisieron ir a ver el espectáculo del Payaso Polvorita, del que todos hablaban maravillas.
Los papás de Martín llegaron a la plaza y se ubicaron en primera fila para ver la función.
No reconocieron a su hijo detrás del disfraz de Polvorita, y por suerte, tampoco él vio a sus papás entre el público. Éstos se divirtieron tanto con la función que casi les empezó a doler el estómago de la risa. Tras el espectáculo, el papá de Martín quiso ir a saludar personalmente al payaso, para felicitarlo. Martín estaba tras el escenario, terminando de sacarse el maquillaje, cuando de pronto vio a su papá acercándose. Se quedó congelado, igual que su papá al darse cuenta de que el Payaso Polvorita era, en realidad, su hijo Martín. Ambos se quedaron un rato mirándose sin saber qué decir, hasta que finalmente el papá rompió el silencio. Martín creyó que lo iba a retar, pero en cambio, le dio un abrazo y lo felicitó. “Me hiciste sentir muy orgulloso”, le dijo. “Cumpliste tu sueño de convertirte en payaso, aún cuando yo te quise obligar a cumplir el mío de ser futbolista. Espero que puedas perdonarme”. Por supuesto que Martín lo perdonó, de la misma forma en que su papá lo perdonó por su travesura. Y desde ese día, toda su familia lo fue a ver actuar siempre que pudieron, y siempre se sentaban en primera fila y festejaban con carcajadas cada nueva payasada que Martín agregaba a su espectáculo. Publicado por Cuenterete.
Tan bien le iba a Martín con su carrera de payaso, que enseguida empezó a trabajar en una plaza y a ganar fama con su espectáculo. El Payaso Polvorita (ese era su nombre artístico) se había convertido en una de las principales atracciones de los domingos en la plaza principal del pueblo. Cada vez que tenía que irse de su casa para actuar en la plaza, escondía en la mochila su maquillaje, su nariz roja, sus zapatos gigantes y su ropa de colores, y le decía a sus papás que tenía que ir a jugar un partido de fútbol. Y ellos, de lo más contentos. Hasta el día en que, atraídos por la curiosidad, quisieron ir a ver el espectáculo del Payaso Polvorita, del que todos hablaban maravillas.
Los papás de Martín llegaron a la plaza y se ubicaron en primera fila para ver la función.
No reconocieron a su hijo detrás del disfraz de Polvorita, y por suerte, tampoco él vio a sus papás entre el público. Éstos se divirtieron tanto con la función que casi les empezó a doler el estómago de la risa. Tras el espectáculo, el papá de Martín quiso ir a saludar personalmente al payaso, para felicitarlo. Martín estaba tras el escenario, terminando de sacarse el maquillaje, cuando de pronto vio a su papá acercándose. Se quedó congelado, igual que su papá al darse cuenta de que el Payaso Polvorita era, en realidad, su hijo Martín. Ambos se quedaron un rato mirándose sin saber qué decir, hasta que finalmente el papá rompió el silencio. Martín creyó que lo iba a retar, pero en cambio, le dio un abrazo y lo felicitó. “Me hiciste sentir muy orgulloso”, le dijo. “Cumpliste tu sueño de convertirte en payaso, aún cuando yo te quise obligar a cumplir el mío de ser futbolista. Espero que puedas perdonarme”. Por supuesto que Martín lo perdonó, de la misma forma en que su papá lo perdonó por su travesura. Y desde ese día, toda su familia lo fue a ver actuar siempre que pudieron, y siempre se sentaban en primera fila y festejaban con carcajadas cada nueva payasada que Martín agregaba a su espectáculo. Publicado por Cuenterete.
lunes, 14 de mayo de 2012
Adivina...adivinador...
Quién es....?
*Tiene un ojo y nada ve,
por abrir no es cosa dura,
sin embargo por cerrar,
sí que cierra y sí que es dura.
La puerta
*Tiene agujas y no cose,
no se mueve, pero anda,
si le das cuerda funciona
y el paso del tiempo señala.
El reloj
*Es grande como un ratón,
pero guarda la casa como un león.
La llave.
*Siempre me arrinconan
sin acordarse de mí,
pero pronto que me quieren
cuando tienen que subir.
La escalera.
jueves, 10 de mayo de 2012
PAYASÍN Y PAYASÓN
Tengo dos payasos dentro del jardín,
con sus ocurrencias me hacen divertir.
Uno es muy flaquito y el otro gordinflón,
por eso los lamo, payasín y payasón.
Payasin, pim, pin, va en monopatín,
payasón, pon, pon, viaja en un camión.
Payasín, pin, pin, como un tallarín.
Payasón, pon, pon, come canelón.
Payasín, pin, pin,come salamín.
Payasón, pon, pon, come salchichón.
Autor: desconocido.
con sus ocurrencias me hacen divertir.
Uno es muy flaquito y el otro gordinflón,
por eso los lamo, payasín y payasón.
Payasin, pim, pin, va en monopatín,
payasón, pon, pon, viaja en un camión.
Payasín, pin, pin, como un tallarín.
Payasón, pon, pon, come canelón.
Payasín, pin, pin,come salamín.
Payasón, pon, pon, come salchichón.
Autor: desconocido.
martes, 8 de mayo de 2012
sábado, 5 de mayo de 2012
La zorra y los racimos de uvas: Fábula
Estaba una zorra con mucha hambre,
y al ver colgando de una parra
unos deliciosos racimos de uvas,
quiso atraparlos con su boca.
Mas no pudiendo alcanzarlos,
se alejó diciéndose:
-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... !
Nunca traslades la culpa a los demás
de lo que no eres capaz de alcanzar.
Esopo
y al ver colgando de una parra
unos deliciosos racimos de uvas,
quiso atraparlos con su boca.
Mas no pudiendo alcanzarlos,
se alejó diciéndose:
-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... !
Nunca traslades la culpa a los demás
de lo que no eres capaz de alcanzar.
Esopo
miércoles, 2 de mayo de 2012
Adivinanzas
Adivina...adivinador
Quién es....
*En rincones y entre ramas
mis redes voy construyendo,
para que moscas incautas,
*La araña
ºEl caballo
*El búho.
ºEl caballito de mar o hipocampo
Quién es....
*En rincones y entre ramas
mis redes voy construyendo,
para que moscas incautas,
en ellas vayan cayendo.
*La araña
º¿Cuál es el animal
que tiene silla
y no se puede sentar?
ºEl caballo
*Sal al campo por las noches
si me quieres conocer,
soy señor de grandes ojos
cara seria y gran saber.
*El búho.
ºNo lo parezco y soy pez,
y mi forma la refleja
una pieza de ajedrez.
ºEl caballito de mar o hipocampo
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