Hasta el viejo hospital de los muñecos
llegó el pobre Pinocho mal herido,
un cruel espantapájaro bandido
lo sorprendió durmiendo y lo atacó.
Llegó con su nariz hecha pedazos,
y una pierna en tres partes astillada,
una lesión interna y delicada,
que el médico de guardia le advirtió.
A un viejo cirujano llamaron con urgencia
y con su vieja ciencia pronto lo remendó,
pero dijo a los otros muñecos internados:
"Todo esto será en vano, le falta el corazón".
El caso es que Pinocho estaba grave,
en sí de su desmayo no volvía,
y el viejo cirujano no sabía
a quien pedir prestado un corazon.
Entonces llegó el hada protectora
y viendo que Pinocho se moría,
le puso un corazon de fantasa
y Pinocho sonriendo despertó.
Pinocho, Pinocho,
¡Ay, pobre Pinocho!
Entonces llegó el hada protectora
y viendo que Pinocho se moría,
le puso un corazon de fantasía
y Pinocho sonriendo despertó,
y Pinocho sonriendo despertó.
Canta Luis Aguilé
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