Con entusiasmo voy al colegio
y llevo siempre listo el deber,
porque comprendo que el tiempo vuela;
corta es la vida, largo el saber.
Antes las clases todas perdía,
charla que charla sin atender;
y las tareas no las hacía,
tengo vergüenza quiero aprender.
Ya no me oculto detrás del banco,
que no me vayan preguntar;
tomo mi puesto, sencillo y franco;
voy preparado sé contestar.
Ya no hago burla de los maestros;
su misión alta sé respetar...
era, en diabluras, de los más diestros;
hoy, en conducta, soy ejemplar.
Amo el estudio, porque ennoblece;
busco anheloso, toda la verdad;
así el talento se nutre y crece
y se mejora la humanidad.
Amo a mi Colegio Los Próceres, santuario hermoso
de la opulencia, de la orfandad;
en su enseñanza foco radioso,
de amor, de ciencia y de igualdad.
Desconozco autor
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