Tengo una muñeca
vestida de azul,
camisita blanca
con su canesú.
La saqué a paseo
y se resfrió,
la puse en la cama
con mucho dolor.
Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho
y ocho diez y seis.
Ocho veinticuatro
y ocho treinta y dos.
¡Anima bendita!
Me arrodillo en vos.
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