El trueno es el sonido que hace el rayo.
Es por eso que se sienten los truenos y se ven los rayos al mismo tiempo durante una tormenta de truenos.
Durante la tormenta, miren las nubes.
Las nubes de tormenta son altas, oscuras y grandes. Dentro de las nubes hay pequeñas partículas de hielo y agua. Cuando las partículas chocan unas contra otras, se produce electricidad en el interior de la nube.
Los rayos son en realidad electricidad. Cuando las nubes se llenan de electricidad debido al choque de las partículas de hielo y agua, esa electricidad se traslada desde la nube hacia la tierra o hacia otra nube. Ese movimiento provoca un destello de luz brillante e irregular. Y ése es el rayo que se ve durante la tormenta.
Los rayos y relámpagos son muy calientes (incluso más que la superficie del sol). El rayo es tan caliente que logra calentar el aire a su alrededor. El aire caliente se expande o se vuelve más grande. Debido a que el rayo es tan caliente, el aire se expande a gran velocidad. El aire caliente empuja contra el aire frío y se producen vibraciones. Esas vibraciones se trasladan a través del aire, rebotando contra las nubes y la tierra hasta que el sonido llega a los oídos. La gran explosión ruidosa producto de las vibraciones se llama trueno.
Nuestros ojos pueden observar la luz más rápido de lo que nuestros oídos alcanzan a escuchar el sonido. Primero vemos el rayo porque la luz se mueve con mucha más velocidad que el sonido, pero el rayo y el trueno en verdad ocurren al mismo tiempo.
Cuenten los segundos entre el destello de luz y el sonido del trueno durante la tormenta.
Por cada segundo, la tormenta se encuentra más o menos a una milla (1,60 km.) de distancia.
A medida que la tormenta se acerca, el tiempo entre el destello y el sonido también se acorta.
Cuando la tormenta se aleje el conteo será más elevado.
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