Gracias Harry por hacer màgico mi mundo"
(Pequeño homenaje a Harry Potter)
Un dìa me levantè con ganas de hacerle una gambeta a la rutina. Me vestì y tomè el desayuno lo màs ràpido que pude. Saludè a mis padres guiñàndoles un ojo y me dirigì hacia la estaciòn de trenes.
Al llegar, busquè las plataformas 9 y 10, y con mi mochila al hombro, empecè a correr. ¡Fue maravilloso!. De repente choquè con muchas personas con ropas divertidas. En ese momento comprendì que aguardaban la salida del tren que los llevarìa a la escuela Hogwarts, de magia y hechicerìa, el mismo colegio donde estudia Harry y en donde aprende tantas cosas espectaculares junto a Ron y Hermione, sus màs fieles amigos.
Al verme parada mirando el tren casi como hipnotizada, un mago y una hechicera de aspecto bondadoso me invitaron a subir. Estando ya dentro de la formaciòn me regalaron un montòn de golosinas: en el montìculo de caramelos descubrì que tambièn habìa ranas de chocolate (las preferidas de Harry) y las siempre temibles Grageas Beartie Boots de todos los sabores.
Cuando el tren comenzò a marchar, mis ojos se cerraron. Y comencè a soñar. Sentìa que mi corazòn bailaba y que pronto iba a ser parte de una magnìfica aventura. De golpe sentì un cosquilleo: alguien me despertaba. ¡Habìamos llegado a Hogwarts!. Cuando todos bajamos del tren escuchè voces que decìan que habrìa una sorpresa, pero hablaban tan bajito que no podìa entender con claridad. De todos modos, supuse que serìa algo extraordinario, porque todos se veìan felices.
Cuando, por fin, tuve enfrente el enorme castillo, unas làgrimas cargadas de felicidad y emociòn cayeron por mis mejillas. Al instante, alguien me tomò de la mano –que estaba helada y casi petrificada- ya que aùn no podìa entender que estuviese en ese lugar tan magnìfico. Cuando me deslicè con ese mago por todo el castillo sin saber quièn era, mis ojos viajaban por todos los corredores del colegio, mientras buscaba ansiosa el campo de Quidditch (el deporte màgico por excelencia)en donde mi querido Harry se habìa convertido en hèroe tantas veces. Y fue allì cuando oì su voz.
Vislumbraba el esplendoroso verde del campo y los arcos de aquel grandioso deporte, cuando me di cuenta que el mismìsimo Harry Potter se encontraba a mi lado.
De pronto lo vi, no habìa dudas, era èl. Llevaba sus inconfundibles anteojitos y su capa, y su cabello era bien negro y sus ojos como el color del cielo.
Despuès de unos instantes pude hablarle y le preguntè què hacìa justo èl, el mago màs famoso del mundo al lado mìo, me dijo:
-Sè que sos una maguita de 10 años. Yo te conozco porque muchas veces mientras dormìs, te miro por la ventana. Mi experiencia en el quidditch me hace pensar que seràs una gran jugadora, aùn no sè cuàl serà tu puesto, pero sè que sabes volar, y eso para este deporte, es lo màs importante.-
Yo, todavìa lo miraba sin entender, porque creìa que nadie podrìa darse cuenta en mi casa y en mi barrio que tenìa gran habilidad para subir a mi escoba y echarme a volar. Entoces, le dije:
-Sè volar, pero creo que necesitarìa algo de entrenamiento.
Al escuchar esto, Harry me asegurò: -Claro, por eso estàs aquì, yo mismo fui quien te avisò que tenìas que venir. ¿Te acordàs? Te invitè a venir en el sueño que tuviste hace unas semanas.
Yo, sorprendida, sòlo le sonreì y le preguntè què hacìan todos esos magos que tambièn habìan ido hasta Hogwarts. Harry, me confirmò:- Ellos vinieron a ver tu primer entrenamiento. Al igual que yo te vieron dar unas vueltas en la escoba y estàn convencidos que seràs una gran jugadora. Por eso, ahora quiero que te vistas con la ropa adecuada y que empecemos a jugar¡Vamos!.
Sin saber què decir me puse la ropa de quidditch y salì al campo de juego con Harry y otros magos que tambièn debìan practicar.
El estadio estaba repleto de familias de brujos que me miraban volar, y yo me sentìa completamente fuera del mundo muggle(no màgico).
Cuando el juego terminò, Harry me sonriò y me dijo –Seràs una gran cazadora. Pero tendràs que regresar la pròxima semana para mejorar la performance.
Luego, el maguito màs famoso del mundo me confirmò: -El año pròximo una lechuza visitarà tu ventana y te llevarà una gran noticia. La buena nueva es que seràs elegida con una vacante para estudiar en Hogwarts.
Y, por ùltimo Harry llamò a Hedwig, su lechuza, que llegò ululando y dàndome picotazos en la punta del dedo ìndice y fue asì que ella tan blanca como habìa escuchado que era me dio la bienvenida al fàntastico y màgico mundo de Harry Potter.
Naty
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